La pureza y la castidad suelen usarse como sinónimos, relacionándolos con la virtud, que regula el uso de la sexualidad.
La pureza es belleza, blancura y hermosura, la castidad es la virtud que promueve el uso ordenado de la sexualidad que Dios ha planeado. La castidad es armonía, equilibrio, amor y control de uno mismo; por eso, solamente los que desarrollan su fuerza de voluntad pueden conseguirla.
Este seminario nos ofrece la oportunidad de convertirnos en verdaderos hombres, con una voluntad férrea que nos permita mantener el control de nosotros mismos, para el manejo sano de nuestra sexualidad.
