Una relación valiosa, duradera y feliz con la mujer no ocurre por sí sola, se va creando y se sostiene con tu esfuerzo continuo.
Sana tus heridas y rompe tus limitaciones, desarrolla tus habilidades masculinas para llegar a ser el gran amigo, el maravilloso amante y el hábil comunicador en el idioma del corazón y ella te amará incondicionalmente.